martes, 16 de septiembre de 2008

Sábado de cumpleaños

Buenas, hoy me siento con ganas de escribir para contar el pedazo de fin de semana guapo que me he pasado.

El sábado huvo cumpleaños de un amigo catalán. El plan fue comer en un restaurante chino llamado Lotus en Canary Wharf, luego tomar algo por ahi, cenar en un marroquí llamado Bogayo en Old Street, e pasar el resto de la noche en un bar llamado The Bedroom.

El chino buenísimo, comida riquísima y diferente. Pedimos una especie de tapas chinas, no recuerdo el nombre ahora, pero son esas típicas que vienen en un recipiente de madera redondo, con bolas rellenas de lo que sea. Lo dicho, riquísimo. Nunca disfruté tanto de la comida china.

Luego, el marroquí fue una auténtica gozada! Y esta vez no hablo de gastronomía mora, sino de ¡anatomía! Que... ¿por qué de anatomía? Por que la cena, que estaba muy buena, vino acompañada de un baile del vientre a cargo de una pedazo de hembra que nos hizo llenar al menos tres platos de babas. Sé que habéis visto esto mil veces en la televisión, pero en directo hierve la sangre. Que una tia así de morenaza, con ese cuerpazo, se ponga delante de uno a mover las pedazo de bolas que tenía por pechos de izquierda a derecha sin mover un ápice el resto de su cuerpo es algo IM-PRE-SIO-NAN-TE. Y que luego venga a ti y te saque al medio del restaurante a danzar alrededor de ti, contorsionandose y agitando el cabello, no tiene precio. Para que os hagáis una idea: he cambiado mi sueño erótico de la japonesa por una chica que sepa bailar así. [jaja] Y digo una chica, no una marroquí, por que la chica, al final, era brasileña - uhmmm, me suena ese país.

Después del calentón, nos fuimos al Bedroom. Un bar en Old Street un tanto original, ya que está dividido en dos salas: una para bailar y tal, y otra para relajar y charlar. En el bar hay dos camas para tirarse ahi a charlar y varios sofás en los que estuvimos saltando. [jaja]

Luego, por culpa de una chavala de Sevilla que conocí, acabé en el famoso Fabric, conocido antro de tecno, bacalao, y demás chatarrada. Todos sabemos que ese estilo de bar no va conmigo, pero tiran más dos tetas que dos carretas, y además, hay que conocerlo todo - me dije. En fin, tiran lo que quieras, pero yo no aguanté ahí dentro más de 10 minutos, y eso que pagué 8 libras pa entrar más 1 libra el guardarropa (lo normal es 20 libras la entrada). ¡Menuda pesadilla! Pensé que estaba en el escenario de Tocata ambientado con el ruido de mi lavadora. Joer, ¡qué tortura! Una ¿música? infernal repetitiva con unos bajos que hacían temblar mi camiseta mucho más que la tronada de Cangas. Yo pensaba que el hígado se me había desplazado entre las entrañas. Ahora entiendo por qué la mayoría de esa gente se mete la caña que se mete: no hay otra forma de soportar eso.


Y nada, acabé en casa a las 8 de la mañana listo para otro día de fiesta como contaré en la siguiente entrada. No quiero cansaros.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Oye Alex porque no incluiste una foto de la brasileña? Despuis de describirla de tal manera solo tengo ganas de visitar Londres por un motivo- CONOCER ESA TIA!!!
Hasta luego.
Juan

Alex dijo...

Jeje.. no tengo fotos de esa noche, pero quizás consiga el video qui hizo una amiga