El domingo pasado fue la Freewheel otra vez. Para quien no se acuerde, es una fiesta de la bicicleta. Cierran las calles del centro de Londres y la bicicleta se convierte en el vehículo oficial. Hordas de gente - niños y no tan niños - toman las calles en bicicleta o en patines. Hay tantas bicicletas que hay organizadores en todos los semáforos para invitarte a parar cuando hay peatones que quieren cruzar.
Este año fue peor que el anterior. Se notó el cambio de alcalde: menos calles cortadas, ni espectáculos, y tampoco hubo sandwiches gratis para la gente. De todas formas, lo pasamos bien paseando en bicicleta sin peligro por un día.
Al final, acabé en Camden tomando algo y pa casa.
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