Sigo vivo

Me gustaría pedir perdón por no escribir en todos estos días, pero la verad, me parece una tontería pedir perdón por no escribir aquí. Escribo si me apetece, jeje..

En serio, tampoco tengo mucho más que contar que la monotonía diaria de cualquier persona en un país occidental: dormir, vestirse, desayunar, ir a trabajar, comer, tareas en casa, salir o ver alguna peli, y volver a desvestirse para ir a dormir. Estas semanas salgo mucho, demasiado, tanto que he decidido relajarme esta semana. Me ha venido bien porque me estoy animando a cocinar como terapia de relajación. Esta semanita me he animado a cocinar incluso ¡unas lentejas! Tengo pendiente cocinas las fabas con almejas pero, ¡qué complicado es encontrar almejas aquí! Bueno, complicado, digamos que no lo hay donde suelo ir y tengo que ir a por ello al Sansburys que está un poco más lejos.

Tengo que volver a retomar las actividades de fin de semana. Antes, iba con la brasileña a visitar algún museo o barrio casi cada domingo. Ahora desperdicio los fines de semana en la cama alcoholizado. Me gustaría mucho ir al mercado de Portobello un sábado, es decir, ahora, pero aquí estoy tirado en la cama. Allí puedo encontrar cualquier ingrediente para cocinar según me han dicho, desde chorizo, morcilla, hasta pescados. Lo que pasa es que no me animo a ir solo y además el día está desapacible. Hoy el plan es llamar a una hispano-china que conocí en una fiesta el sábado pasado e ir a jugar a los bolos.

La verdad que desde que me cargué las entradas anteriores, las más interesantes, esto se ha quedado cojo y ya es escribir por escribir. Tampoco me da mucha pena porque quien ha querido enterarse de qué tal me iba por aquí, se ha enterado.

En fin, de todas formas, intentaré seguir escribiendo de vez en cuando.